Gobierno de la sala de juntas
En la primera parte de nuestra serie de «principios para un buen gobierno corporativo» hablamos de la importancia de la capacidad y la integridad del consejo de administración. En esta etapa abordaremos cómo el liderazgo del consejo de administración puede contribuir a un buen gobierno corporativo y hacer que sea responsable y sostenible.
El mundo occidental es pionero en el buen gobierno corporativo, pero seguimos siendo víctimas de escándalos derivados de errores en las prácticas de gobierno. Muy a menudo pensamos que el buen gobierno se limita a un ejercicio consistente en marcar casillas solo para mantener las apariencias, sin valorar plenamente sus valores y principios fundamentales.
De la misma forma en que el oído interno de una persona no resulta visible para un observador externo cuando camina recto, la estructura de gobierno de una organización es rara vez visible en sus operaciones diarias. Sin embargo, cuando el oído interno de una persona no funciona, vemos los síntomas y efectos que esto causa en su forma de caminar: su ritmo es irregular y son más propensos a perder el equilibrio y la dirección. Así, cuando una organización carece de un buen gobierno, notamos los síntomas y efectos que produce el hecho de no contar con una supervisión y orientación adecuadas.
Liderazgo
La comunidad online de bloggers actual está fascinada con la idea y la práctica del liderazgo. Cuesta evitar el sinfín de artículos que tratan las características de nuestros líderes políticos o los logros de los gerentes deportivos, como Ranieri en el FC de Leicester, y compararlos con nuestras salas de juntas.
El liderazgo, cuando se hace bien, consiste en orientar y dirigir un equipo para conseguir un objetivo común. El consejo de administración y el Consejero Delegado de cada empresa deben practicar los principios del buen liderazgo y llevar la empresa en la dirección correcta para alcanzar sus objetivos empresariales a corto y largo plazo. No obstante, no solo los que forman parte de la directiva pueden incidir en el rendimiento del gobierno corporativo. Debemos animar a todos los que ocupan funciones administrativas en la empresa a que defiendan el buen liderazgo.
Los recientes escándalos en Japón sirven como ejemplo de mal liderazgo por las acciones de algunas de sus mayores empresas: Toshiba, Mitsubishi y Suzuki. Con motivo de los escándalos relacionados con la responsabilidad o por las infracciones en los análisis de los combustibles, la región ha implementado cambios profundos en el gobierno corporativo.
Una de las causas principales en común entre todos los escándalos fue un mal liderazgo. Los empleados señalaron que les resultaba difícil cuestionar a sus superiores y oponerse a los objetivos poco realistas que les marcaban. Dada la actual cultura japonesa que teme al fracaso, los empleados serían capaces de llegar a límites insospechados para complacer a sus superiores, incluso aunque ello implicase infringir la ley.
Responsabilidad
Se dice que la comunicación es importante en todos los aspectos de nuestra vida, y esto se aplica también a la sala de juntas a la hora de mantener la responsabilidad adecuada.
La responsabilidad se basa en la transparencia. El consejo de administración debe tener una visión clara de lo que sucede en su organización y debe poder comunicar una evaluación justa y equilibrada a sus accionistas y partes interesadas.
Esto debería ser un proceso relativamente sencillo, pero en cambio supone una etapa con la que tropiezan muchas empresas.
Con una revelación que frenó súbitamente la industria del motor, la EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos) descubrió que Volkswagen había manipulado coches instalándoles un software que les permitía alterar los resultados en las pruebas de emisiones. Este escándalo nos presentó una visión amplia de la empresa, anteriormente asociada a la eficiencia, y de su falta de responsabilidad y comunicación en su organización. Esto fue ejemplo de la falta de responsabilidad incluso en las empresas de más alto nivel, y de las costosas consecuencias a las que se enfrentaban por ello.
Los miembros del equipo del departamento de ingeniería, junto con el director encargado de supervisar dicho equipo, deberían haber registrado y supervisado la actividad del software de seguimiento de las emisiones. Los directores tendrían que haber informado del estado y de los resultados de los análisis del dispositivo. Así, los supervisores lo habrían visto y habrían podido determinar en qué punto pasaron de ser resultados estándar a ser engañosos. Si los supervisores estaban al tanto del engaño, deberían haber comunicado el problema al consejo de administración de la empresa, que así habría podido informar a sus accionistas de una posible situación perjudicial.
Otro problema que afectó a la responsabilidad de Volkswagen fue su falta de administradores independientes. Los administradores independientes son miembros del consejo de administración que guardan relación con la empresa, prestan servicios de asesoramiento y evitan que los gerentes internos persigan sus intereses personales. Volkswagen tenía un consejo de administración de 20 personas, y solo una de ellas era un administrador independiente que destacó la terrible falta de una responsabilidad adecuada.
Muy pocas organizaciones funcionan al mismo nivel que Volkswagen, pero podemos aplicar las conclusiones y las lecciones de sus fallos a empresas de todos los tamaños y todos los sectores:
Los empleados deben tener una vía para comunicar sus preocupaciones y posibles problemas pasando por todos los canales de dirección hasta el consejo de administración.
Deben tener poder documentar y comunicar los proyectos y tareas en que trabajan a toda la organización, a través de una plataforma que les permita mejorar la forma en que colaboran al registrar sus acciones, como un portal de consejo de administración.
Sostenibilidad
La sostenibilidad es un principio de buen gobierno emergente, pero importante. Esta característica del gobierno corporativo requiere que se comprenda la función de la empresa en asuntos como la protección del medio ambiente. En especial, se trata de cómo gestionamos la responsabilidad social.
El consejo de administración debe impulsar el negocio para generar valor y asignarlo de forma justa a sus accionistas, directores, empleados y clientes. Las personas a cargo deberían tener en cuenta a las personas de los niveles inferiores a la hora de tomar decisiones.
«Algunas personas han trabajado en este edificio durante 45 años y no son personas que pueden ir en yate así como así. Son personas con hipotecas y que hacen la compra en Asda.»
Estas son las sombrías palabras que pronunció un empleado de BHS que dejó la empresa cuando escuchó que las tiendas iban a cerrar después de 88 años. La caída de BHS supuso más que un déficit de pensiones por valor de 571 millones de libras esterlinas, 400 millones de libras esterlinas en dividendos y una adquisición por valor de 1 millón de libras esterlinas. Se trató del fracaso de algunas personas a la hora de admitir sus obligaciones morales básicas respecto de los demás a su alrededor.
Philip Green y Dominic Chappell no reconocieron sus obligaciones morales ante los 11.000 trabajadores ni hicieron lo suficiente por la empresa para la que trabajaban. Se llevaron millones de libras de la empresa y los asignaron a un hombre que no estaba capacitado para asumirlos.
La preocupación respecto de BHS y otras grandes empresas radica en el hecho de permitir que los propietarios actúen de la misma forma que si no se preocupasen por sus empleados. Recientemente, hemos visto a Theresa May abordar esta cuestión en sus propuestas para la reforma del gobierno corporativo, destinadas, básicamente, a incluir a empleados como miembros del consejo de administración. Así se adoptaría el modelo alemán de gobierno corporativo, que garantiza que los propietarios de la empresa tengan en cuenta los intereses de sus empleados, proveedores y clientes al tomar decisiones relacionadas con la empresa.
Aunque los principios y temas que hemos cubierto en esta serie de dos partes son abrumadores al principio y las soluciones rápidas no son algo que se pueda llevar a cabo de la noche a la mañana, existen opciones que ayudan a las empresas a superar con rapidez los problemas de un mal gobierno corporativo. BoardPacks es una herramienta de software para la mejora del gobierno corporativo, que mejora una serie de principios utilizando una plataforma digital fácil de usar para llevar a cabo su actividad en torno a las reuniones. Para más información, visite nuestra página web o contacte con nosotros.